Escribe
Gustavo Fernández
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¿Por qué “Yoga”?
En
algunas ocasiones se cuestiona aquella aclaraciòn (por esa razón, estrictamente
entreparéntesis) de “yoga tolteca”, toda vez que la palabra “Yoga” se asocia
obviamente al Lejano Oriente. La razón por la que acudimos a la misma a título
explicativo responde tanto a la propia etimología de la palabra “yoga”
(“uniòn”, ya que, como ésta, el Tonallin busca la uniòn armónica de la persona
con el Universo) como así también que su práctica implica una sucesiòn de
posturas y ejercicios para obtener ese resultado. Sin duda, debemos referirnos
a este Conocimiento como Tonallin (de “Tonal”, “energía”, y “ollin”,
“movimiento, es decir, “energía en movimiento”) pero, con la necesaria
aclaraciòn, entendemos que la expresión “yoga tolteca” ilustra para el neófito
su naturaleza.
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¿Por
qué “Tolteca”?
Porque
este Conocimiento nace dentro del horizonte cultural de los Toltecas,
habitantes del Ánahuac prehispánico (extensión geográfica desde el sur del
actual Estados Unidos a lo que llamamos Nicaragua. De hecho, la expresión “nik Anahuac” –en náhuatl, su idioma
original- de donde deviene ésta, significa “hasta
aquí llega el Anahuac”), aquellos fundadores de Teotihuacán, Tula y Xochicalco
y detentadores de una sapiencia profundísima (la expresión “tolteca” significa
“sabio artista”). Creadores de un calendario minucioso y detallista (el
Tonalamatl) conocían la existencia de siete centros energéticos en el cuerpo
humano (“Cuecueyos”) y se ha encontrado en “códices” (textos escritos e
ilustrados en papel de “amatl”), en frisos y esculturas, evidencias de posturas
y gestos (a similitud de “asanas” y “mudras”) que demuestran un cabal
conocimiento del comportamiento y manejo d elos planos sutiles de nuestra
naturaleza. Dado que la línea de tiempo de estos hallazgos va desde el 1.500 A.C al siglo XV D.C.,
no aplica suponer una “intoxicación tardía” de información traída por los
colonizadores de Oriente en el siglo XIX y XX. Sin duda, es tema de debate si
en tiempos preconquista ciertos Conocimientos llegaron de Oriente a América
–porque con el mismo criterio, puede decirse que fueron de América a Oriente) o
si –como es opinión personal de este autor- la Sabiduría “descendió”,
se manifestó independientemente desde esferas trascendentales a la mundanidad
de cada pueblo y cada tiempo.
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¿Se requiere entrenamiento o conocimiento
previos?
Absolutamente
no. Tonallin forma desde cero, siendo un sistema tan sencillo, claro y eficaz
en su propuesta que se adapta con facilidad a la vida cotidiana de cualquiera
(no siendo la persona la que deba adaptarse al Tonallin).
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¿Qué limitaciòn de edad o condiciòn física
exige?
Ninguna,
por naturaleza y petición de principios. Si bien es cierto que algunas posturas
y ejercicios en su nivel máximo de expresión requieren cierta práctica
sostenida en el tiempo, los Abuelos han tenido la sabiduría de articular en
esos casos “estadíos previos” de mayor sencillez, porque, precisamente, si su
razón de ser es llegar a todos para hacer su vida de mejor calidad, sería un
contransentido que sólo fuera plenamente accesible a quienes por conocimientos
o entrenamientos ya tienen esa “mejor calidad”.
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¿Es una religión, un culto?
Definitivamente
no. Es una técnica, una herramienta. Forma parte de la Toltecayotl (malamente
traducida como “Toltequidad”, en puridad, el término significa “el corazón del
sabio artista”) y que tampoco es una creencia. Los Toltecas sí tenían la suya,
llamada Inkantonatl. La
Toltecayotl, como ya he escrito en otro lugar, se define como
una “tecnología espiritual” y dentro de ella, Tonallin es una de sus
herramientas.
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¿Debe pedirse alguna autorización para
compartirlo con otras personas?
La
consigna de los Abuelos fue (y es) “que el Conocimiento se expanda”. Poco
respetuosos de esa consigna seríamos si pusiéramos condiciones burocráticas o
formales para tal propósito. Por eso, toda persona formada en Tonallin, con el
sólo compromiso del respeto y la honestidad de principios y objetivos, está
habilitada para disponer libremente de lo aprendido con el fin que desee, sólo
rogándose –en compromiso propio de Guerreros- el tributo de agradecimiento de
corazón al linaje de transmisión de este Saber.
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¿Qué efectos y beneficios aporta?
Decir
que armoniza al ser con el Universo es decir mucho, aunque para algunos sea no
decir nada. Señalemos para ellos, entonces, que es una de las herramientas
(otra son los Temazcales) para despertar las “semillas cósmicas” sembradas por
Ometeotl, la Divinidad,
en cada ser. Recordemos la “Huehuetlatolli” (“Palabra de los Ancestros”) que
transmitimos al comienzo de cada Ceremonia de Temazcal, cuando repetimos:
“Esto
es Huehuetlatolli, Palabra de los Ancestros: Hay un solo dios en el Universo y
su nombre es Ipalnemouane. Ipalnemouane, que significa “Aquello por lo que
existimos”. Pero como Ipalnemouane es Increado e Inmanifestado, para
manifestarse en la Naturaleza
Ipalnemouane se desdobló en una dualidad que llamamos
Ometeotl. Ometeol es Dios en Acciòn. Ometeotl es Masculino y Femenino, Frío y
Calor, Luz y Oscuridad, porque todo lo que existe existe en virtud de opuestos
y complementarios. Pero como Ometeotl es una fuerza demasiado intensa para
nutrir el espíritu humano, para hacerlo Ometeotl se desdobló en una
cuadruplicidad, en cuatro semillas cósmicas que identificamos con cada uno de
los rumbos cardonales. Y así, tenemos al Este Quetzalcoatl, la Serpiente Emplumada,
que representa tu Inteligencia y tu Racionalidad; porque lo único que te
distingue del resto de la
Naturaleza es tu pensar lógico. Al Oeste, Tezcatlipoca, el
Espejo de Obsidiana Humeado, que representa las fuerzas de la mente y la
intuición. Porque de qué te sirve ser inteligente si careces de intuición. Al
Sur, Huitzilopochtli, el Colibrí Zurdo del Sur, que representa la Voluntad; porque de qué
te sirve ser inteligente, intuitivo, intuitiva, si careces de Voluntad en la
vida. Al Norte, Xipec Totec, la Acciòn
Creativa, porque de qué te sirve ser inteligente, intuitivo,
intuitiva, voluntarioso, voluntariosa, si no haces algo con todo ello para
cambiar tu mundo de todos los días”.
“Pero
además de estas cuatro semillas cósmicas primarias, Ometeotl generó9 dos
semillas cósmicas secundarias. A una, la llamó Tonantzin; es la Fuerza de la Fecundidad, porque
hemos venido al mundo a crear, no a creer. A fecundar, a generar obras y vidas.
A la otra, la llamó Tlazolteotl, “La que come Suciedad”, y representa nuestra
capacidad de resurgir entre las cenizas, de transformar lo negativo en
positivo, lo malo, en bueno, lo inferior en algo de orden superior, de
construir sobre lo destruido. Es la
Fuerza de Transmutar. Estas seis semillas cósmicas fueron
sembradas por Ometeotl en el espíritu de cada homkbre, de cada mujer, y estamos
aquí, en el temascal, para regarlas, abonarlas y hacerlas germinar con nuestro
sudor”.
“Esto
es Huehuetlatolli, Palabra de los Ancestros”
Éste es, entonces, otro
de sus objetivos. Despertar esas “semillas cósmicas” de Inteligencia,
Intuiciòn, Voluntad, Acciòn, Fecundidad y Transmutaciòn.